
aunque el triunfo te abandone;
aunque un error te lastime;
aunque un negocio se quiebre;
aunque una traición te hiera;
aunque una ilusión se apague;
aunque el dolor queme los ojos;
aunque ignoren tus esfuerzos;
aunque la ingratitud sea la paga;
aunque la incomprensión corte tu risa;
aunque todo parezca nada;
¡VUELVE A EMPEZAR!
La alegría es el fruto de un instante conectado con lo divino, es la respuesta de la presencia de DIOS en el mundo. No sólo se ve reflejada en la sonrisa de los hombres sino que es una manifestación del canto de la naturaleza.
La alegría tiene el poder de sanar al enfermo, consolar al que se siente vacío y despertar al que muere en vida; es tan deseada, que los seres humanos, con tal de poseerla, son capaces de pagar cualquier precio y confundirla con el placebo que dan
los vicios y se olvidan de que la auténtica alegría está simplemente en percibir la presencia de DIOS en todas las cosas y en todos los lugares.
los vicios y se olvidan de que la auténtica alegría está simplemente en percibir la presencia de DIOS en todas las cosas y en todos los lugares.
La alegría no necesita explicación porque DIOS no se explica a sí mismo. No tienes que buscarla, tú ya la conoces...
¡No dejes que nunca se vaya de tu lado!
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